Jugar es la forma que tenemos de crecer y construirnos como personas. Jugando no sólo aprendemos cosas, sino que crecemos armónicamente en todas las áreas del desarrollo motriz, cognitivo, afectivo y social. Jugando aprendemos a enfrentarnos a retos, a ser pacientes, a ponernos en el lugar del otro, respetarlo y valorarlo. Aprendemos cuáles son nuestras capacidades y nuestros límites, superamos dificultades y, en definitiva, aprendemos a vivir y convivir. Pero jugar no sólo es un derecho de los niños, sino que es una actividad saludable, relajante y agradable a lo largo de toda la vida. Jugar es vital para los adultos porque conforma una cierta actitud ante la vida: una actitud lúdica, libre, con capacidad de disfrutar de la vida, de abrirnos al misterio y a la belleza, y cultiva la pura pasión de vivir.

Únete a celebrar el Día del Juego, el próximo 28 de mayo, jugando: con los amigos, con la familia, en el trabajo, en el barrio, en tu entidad … ¡basta con un poco de actitud lúdica y algunas ideas! ¿Juegas?