El juego y la gamificación pueden estar tan presentes en la educación superior como parece evidente que estén en la educación infantil o primaria –por aquello que el juego es el lenguaje de la infancia. Y es que esta relación indiscutible en los primeros años de vida de las personas se debilita a medida que parece que las cosas “se ponen serias” –como si aprender a leer y escribir, algo que aprendemos a hacer con 5-7 años, no fuera “muy serio”.

«El juego es emoción. Y sin emoción no hay aprendizaje.» 

–Imma Marín, especialista en juego.

La evidencia científica ya ha demostrado que es necesario apelar a la emoción para asegurar que se dé el aprendizaje y su recuerdo, hecho en el que la atención y la concentración son claves para la retención del aprendizaje a largo plazo. Esto poco tiene que ver con la edad de la persona que aprende, por lo que no hay motivos para segregar el aprendizaje lúdico a las primeras etapas educativas. Un claro ejemplo es lo que pasa en la Universidad de Texas A&M, en las clases lúdicas de la profesora Tatiana Erukhimova del Departamento de Física y Astronomía.

Desde Marinva, acompañamos a diversidad de instituciones educativas y entidades que apuestan por el juego y la gamificación en la educación superior para afrontar retos diversos, como:

  • Motivar el aprendizaje y mantener su atención, desarrollando la capacidad de agencia de la propia formación.
  • Promover la generación de debates y espacios de trabajo en equipo en el aula.
  • Fomentar la asistencia entre el alumnado e impulsar hábitos de estudio.
  • Generar sentimiento de pertenencia con la institución educativa.
  • Entrenar habilidades blandas transversales, como el aprender a aprender.
  • Transmitir contenidos complejos en formatos lúdico-experimentales.

Si bien el juego es un recurso privilegiado para que el aprendizaje adquiera significación, forme y transforme, es necesaria una estrategia y metodología lúdico-pedagógica que alinee la intención lúdica con las diversas realidades de nuestro entorno.

¿Sabías que…? La metodología lúdico-pedagógica de Marinva está fundamentada en investigaciones de:

Metodologías lúdicas

Cuando se habla de gamificación en la educación, desde Marinva defendemos firmemente la incorporación del aprendizaje lúdico en su sentido más amplio. Para ello, es fundamental distinguir entre metodologías ligadas al comportamiento para el aprendizaje y el desarrollo de estrategias que fomenten una actitud lúdica hacia el mismo.

¿Sabías que…? Este mes de mayo, Imma Marín y Esther Hierro, presidenta y directora de Marinva, respectivamente, viajaron hasta Bolivia para participar en el V Foro Internacional de Innovación Educativa organizado por Unifranz, hablando precisamente del juego y la gamificación en la educación superior como herramientas para la transformación educativa.

unifranz innovacion educativa

Las metodologías ligadas al comportamiento para el aprendizaje son aquellas que permiten acompañar al alumnado y conseguir su predisposición para el aprendizaje –como el ABJ, el diseño de mecánicas y dinámicas lúdicas, la incorporación de elementos lúdicos… En cambio, cuando hablamos de desarrollar estrategias que fomenten una actitud lúdica hacia el mismo buscamos colocar el alma del juego en el corazón de la educación, consiguiendo que impregne la cultura y los valores de las instituciones educativas, ayudando a que todos los agentes implicados se den el permiso y la confianza necesarias para sumergirse en la pedagogía lúdica.

Insistimos tanto en la importancia de la actitud lúdica –¡el alma del juego!– porque no se trata de “hacer jugar” al otro, sino de jugar, asombrarnos y aprender juntos. Y es que, del mismo modo que podemos enseñar y aprender competencias y habilidades como la resolución de problemas o la emprendeduría, el pensamiento lúdico también se entrena. 

La dimensión estratégica de la pedagogía lúdica

Durante el diseño de propuestas gamificadas es necesario el baile constante entre el juego y los objetivos de aprendizaje. Y para ello, la metodología lúdico-pedagógica de Marinva distingue 15 estrategias clave:

  • Motivar y animar al alumnado.
  • Conectar con sus intereses y necesidades.
  • Promover comportamientos.
  • Promover el placer del descubrimiento, de la curiosidad.
  • Promover la iniciativa y la autonomía.
  • Facilitar información suficiente y adecuada.
  • Permitir la experimentación, la repetición.
  • Ayudar a entender que el error es parte del proceso.
  • Desarrollar espacios de interacción social.
  • Adaptar las tareas a los niveles de competencias.
  • Facilitar el aprendizaje con una combinación de elementos y formatos.
  • Personalizar los objetivos.
  • Proporcionar retroalimentación constante.
  • Evaluar de forma personalizada e inmediata.
  • Evaluar la propia metodología / sistema.

A principios de año, la Editorial Octaedro publicaba una memoria con diversidad de experiencias didácticas gamificadas en aulas universitarias que pueden ser inspiradoras. Y, aunque tiene unos años ya, Dialnet también agrupó varias experiencias llevadas a cabo en universidades de Madrid y Barcelona.

¿Necesitas ayuda para formar a tu equipo docente en estrategias y metodologías lúdicas para el aprendizaje? Contacta con nosotras y estaremos encantadas de acompañarte en el proceso de innovación educativa de tu institución.

El aprendizaje lúdico para transformar la educación

Tal y como presenta Imma Marín en el libro ¿Jugamos? (2018), la implementación del aprendizaje lúdico en las instituciones educativas –institutos, universidades y centros de formación para profesionales incluidos– pasa por encajar diferentes piezas que deben estar conectadas, como el funcionamiento de la motivación, la definición de objetivos didácticos y los sistemas de evaluación de las propuestas lúdico-pedagógicas, entre otras. Porque el aprendizaje lúdico y la transformación de la educación no entiende de actividades aisladas y puntuales, sino de acciones programadas de forma estratégica para inocular el poder del juego en el ADN de las instituciones educativas.

La ludicidad de esta mirada es la que hace de esta pedagogía que sea transformadora. Porque el juego nos empuja a ser personas más creativas, exploradoras y resolutivas, a actuar desde la proacción, y a estar mejor conectadas con las personas de nuestro entorno y con nuestro ecosistema. El play, más allá del game, nos hace ser personas más empáticas y nos ayuda a imaginar que las cosas pueden ser distintas a como nos dicen que son. Y ese es el origen de cualquier transformación, ahí es donde de veras empieza el cambio.

¿Sabías que…? Este próximo mes de septiembre cumplimos 5 años de acompañamiento para la transformación educativa apostando por el aprendizaje lúdico en la Escuela Pompeu Fabra de Salt.

metodologias ludicas educacion

Y la pregunta final a todo esto podría ser cómo empezar. Pero para esta tenemos respuesta: diseñar de forma iterativa y poner a prueba con pequeños pasos, formarse, darse permiso y confianza, y entender que sólo se transmite lo que se contiene. Y tú, ¿juegas?