El juego nos permite motivar, mantener la atención y la concentración durante un espacio de tiempo más amplio que en otras circunstancias y nos facilita la puesta en práctica de las capacidades en un ambiente seguro, donde sabemos que el error no será juzgado y dónde, de una manera u otra, nos sentimos alentados a implicarnos dando el mejor de nosotros mismos, porque sencillamente… ¡estamos jugando!
Esta disposición es nuestra gran aliada para activar personas, organizaciones, instituciones, equipos, congresos y sesiones de trabajo, entre otros.